domingo, 7 de septiembre de 2008

piriapolis

Comenzando el recorrido hacia el oeste en busca de la ubicación exacta de mi poroto, y esperando encontrar allí un paisaje parecido al lugar de partida, nos fuimos adentrando en un sitio acotado por la vegetación, aquí las calles comienzan a ser de tierra y ya no se ven veredas ni comercios. Todo alrededor es tranquilo, quedamos envueltos por el olor, color, los sonidos y la geografía. Al fondo de la calle, cuando en ocasiones los árboles dejaban paso el cielo se podía divisar en un extremo la rambla y en el otro el cerro, recordándonos donde estábamos.
En esta zona se nota mucho la diferencia con Pirlápolis céntrico y turístico, no solo por la ausencia de comercios, calles asfaltadas y veredas, sino que además, los espacios públicos que vimos eran plazas en pésimas condiciones, y hay muchas casas en construcción, las personas con las que hablamos eran propietarios de las viviendas pero las habitan en su mayoría, únicamente los fines de semana.
Esta primera impresión cambia al llegar a la rambla, ya que allí se puede tener un panorama mucho mas amplio, y se divisan diferentes etapas en el recorrido. La primera que reconocimos, volviendo hacia el lado del puerto es la del barrio jardín, donde la rambla esta mas descuidada, mirando desde la rambla se ven casas con grandes jardines cubiertos de pinos y ventanas hacia el mar, (en su mayoría son casas que se alquilan).
Mas cerca del centro se tiene una vista mas limpia de la ciudad debido a que disminuye notoriamente la vegetación, aquí hay comercios, hoteles y todo tipo de servicios, la rambla en si misma esta mucho mas cuidada en esta zona, y la presencia humana aumenta notoriamente, se siente el movimiento, los sonidos se incrementan, hay una relación ciudad-rambla mucho mas directa, se percibe como un todo: la rambla como parte activa de la cuidad y la cuidad abriéndose hacia ella.

1 comentario:

iaa dijo...

y dónde te seduce más trabajar?

en el Piriápolis consolidado o en el que se está construyendo?